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Sexo, mentiras y feminismo

Capítulo 2: Circuncisión contra elección

Autor de la obra original: Peter Zohrab

Traducción al castellano por: Gustavo Revilla Olave

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Tal como la definen los centros de recursos informativos sobre la circuncisión de la organización nacional de los Estados Unidos (En inglés US National Organization of Circumcision Information Resource Centers o NOCIRC) la circuncisión consiste en la extirpación quirúrgica (cortándolo) del repliegue cutáneo que normalmente recubre el glande (cabeza) del pene.

Este capítulo se refiere exclusivamente a la circuncisión de los neonatos- es decir, el extirpar el prepucio de los niños- ya que en estos casos los progenitores están eligiendo en representación de alguien demasiado joven como para tomar una decisión informada por si mismo. Una vez convertido en adulto, un hombre debería al menos teóricamente ser capaz de decidir cuando ser circuncidado ¡suponiendo que esta elección no haya sido tomada ya por sus padres! Los defensores del aborto utilizan la palabra “elección” para permitir a las mujeres matar a sus niños no nacidos y aquí hablamos exclusivamente sobre permitir a un niño elegir si él va a perder parte de su anatomía en una dolorosa operación.

De acuerdo con el NOCIRC, los médicos de los países de lengua inglesa comenzaron circuncidando a los niños a mediados del siglo XIX “para prevenir la masturbación”, a la que muchos doctores acusaban de generar muchas enfermedades, incluyendo la epilepsia, la tuberculosis y la demencia. Los médicos han dado otras razones desde entonces, pero todas ellas, incluyendo el argumento de que la circuncisión previene el cáncer de pene, el cáncer de cérvix y las enfermedades venéreas, han sido rechazadas según el NOCIRC.

La circuncisión masculina está más extendida por el mundo de lo que lo está su contrapartida femenina. Como la circuncisión femenina, la circuncisión masculina se realiza frecuentemente por razones culturales y religiosas. Con todo, es la circuncisión femenina la que recibe la mayor parte de la publicidad en los medios occidentales. Las feministas están indignadas, pero sólo en lo referido a la mutilación genital femenina (Female Genital Mutilation o FGM); cuando se las pregunta sobre la mutilación genital masculina (Male Genital Mutilation o MGM), normalmente se burlan (“se trata tan sólo de un pequeño trozo de piel”) o soslayan la cuestión por no tratarse de “un asunto de las mujeres”. Su actitud es por sí misma un asunto de los hombres. La circuncisión masculina es una mutilación genital, y debería ser enfrentada por todos aquellos que se oponen a la circuncisión femenina.

 

El caso de la circuncisión

De acuerdo con el Dr. Brian Morris, existen buenas razones tanto a favor como en contra de la circuncisión, pero él se inclina firmemente en favor de su práctica.

Me gustaría presentar dos observaciones generales antes de discutir sus argumentos en detalle:

  1. Cuando algunos de sus argumentos se refieren a los beneficios de la circuncisión para las mujeres, éstos son irrelevantes. Después de todo, ¿cuántos argumentos referidos a la salud de las mujeres en relación con su efecto sobre los hombres existen? ¡Ninguno!

  2. Sus argumentos implican que la circuncisión es el tratamiento normal o natural de los bebés masculinos, y su interés principal es si se rechaza una práctica establecida.

Un contrario a la circuncisión preferiría comenzar en tabla rasa (desde cero) y preguntar por qué debería quererse perpetuar una práctica que, al igual que el sacrificio de animales, nace del mito y la superstición. Deberíamos tratar este asunto a partir de criterios más objetivos, y pedir que este procedimiento quirúrgico se justifique a sí mismo.

Así pues aquí están los argumentos del Dr. Morris, junto con mis comentarios al respecto:

Una de las mayores desventajas del prepucio es que éste genera un entorno insalubre entre el pene y él, donde las células muertas, las secreciones, la orina y las bacterias proliferan, y la infección puede, y de hecho lo hace, surgir-incluso si el área es limpiada regularmente. Pero lo mismo podría decirse del himen, pese a que cualquier médico que se atreviese a sugerir la extirpación rutinaria del himen al nacer estaría arriesgándose a perder su licencia.

Otra es que el prepucio mantiene la piel del pene situada por debajo de él fina y húmeda (en comparación con el mismo área de piel de un pene circuncidado), y ésta supone una barrera más débil contra la infección. Pero el pene intacto es también más sensible a la estimulación erótica.

Otro problema es que el prepucio aumenta el área superficial de piel, y así se incrementa la probabilidad de que se infecte. Este mismo punto sería válido para sugerir el acortamiento quirúrgico de todos los penes hasta una medida “óptima” uniforme y médicamente determinada. Pero ¿cuántos hombres, sin mencionar a las mujeres, estarían de acuerdo con esto? Más todavía, el más laxo y suelto prepucio corre más riesgo de sufrir daño durante la relación sexual que el pene circuncidado -permitiendo a la infección la entrada en el torrente sanguíneo. Seguro, y lo mismo podría decirse sobre los labios menores pero las culturas occidentales se refieren a cualquier corte de los genitales femeninos como mutilación.

El realizarse la operación de un modo tardío coloca al paciente en situación de preocuparse por ella anticipadamente, dice. Pero por lo menos esto permite que el individuo escoja. ¡Elección para los varones sin circuncidar! El realizarse la operación tardíamente también aumenta la probabilidad de que se produzca una cicatriz visible. De nuevo, es (o debería ser) una decisión del hombre hacérsela o no hacérsela- una vez que sea lo suficientemente adulto como para comprender sus implicaciones.

Él dice que no ha sido demostrado ningún efecto psicológico negativo colateral de la circuncisión y que el dolor de la operación puede evitarse mediante anestésicos. NOCIRC, NOHARMM (National Organization to Halt the Abuse and Routine Mutilation of Males, organización nacional para detener el abuso y la mutilación rutinaria de varones) y otros grupos anticircuncisión, sin embargo, citan estudios indicando que los hombres circuncidados tienden a ser más agresivos que los hombres intactos, lo cual puede favorecer comportamientos antisociales.

El también se queja de que el “esmegma”- la patina de células epiteliales muertas, bacterias, etc. situada debajo del prepucio- produce un olor que algunos encuentran ofensivo. A su vez los genitales de las mujeres de cualquier edad generan esmegma, aun así nadie sugiere extirpar los labios para prevenirlo, aunque algunas personas encuentran este olor ofensivo también.

En ciertas ocasiones existen problemas físicos, incluidas las infecciones, que serían prevenidos o aliviados por la circuncisión. Estos se originan frecuentemente por padres que desgarran el prepucio mientras intentan limpiar el pene del bebé. La educación puede remediar esto. El prepucio puede ser atrapado al cerrar bruscamente la cremallera de los pantalones de un chico. Y en ciertas ocasiones los niños pueden pillarse los dedos con una puerta pero no se los amputamos para prevenir esta situación. Los hombres ancianos en las residencias de la tercera edad -especialmente si sufren Alzheimer- son en ciertas ocasiones más fáciles de atender si están circuncidados. Ciertamente, y los pacientes lobotomizados se atienden más fácilmente también. Este argumento es inhumano e insensible.

El Dr. Morris dice que en 1982 se informó de que un 95% de las infecciones del tracto urinario en bebés masculinos de edades comprendidas entre los 5 días y los 8 meses de edad se produjeron en bebés sin circuncidar. Sin embargo esto sólo afecta a 3 de cada 100.000 niños, por lo tanto no se trata de un factor significativo que merezca tomarse en cuenta. El cáncer de pene se produce casi exclusivamente en hombres sin circuncidar en los EEUU. Pero la incidencia es mucho más baja que la del porcentaje de cáncer de pecho entre las mujeres. Según esta lógica, ¡deberíamos también extirpar el tejido mamario de las niñas, a modo de medida preventiva!

Los estudios demuestran que las mujeres prefieren la apariencia y el olor de los penes circuncidados- principalmente durante la práctica de la felación (sexo oral). Según esta lógica, si la mayoría de los hombres prefieren la apariencia y el tacto de los senos aumentados quirúrgicamente, entonces deberíamos obligar a todas las mujeres a colocarse implantes de pecho. De nuevo, es irrelevante y ofensivo utilizar los deseos de las mujeres a modo de argumento que justifique un procedimiento quirúrgico obligatorio en los chicos, violando sus derechos civiles.

Aparentemente existen indicios de que los varones sin circuncidar corren un riesgo mayor de sufrir disfunciones sexuales. Supongo que el Dr.Morris se refiere aquí a la eyaculación “precoz”. Sin embargo, yo he oído hablar también de hombres que se han vuelto tan insensibles por la circuncisión neonatal involuntaria que han llegado a dejar atónitas a sus parejas por comenzar a charlar durante el acto sexual. Por lo tanto parece que la circuncisión puede causar un daño tan desproporcionado a la sensibilidad sexual de los hombres, que cualquier posible beneficio para la facilidad con la que las mujeres alcanzan el orgasmo quedaría compensado.

El Dr. Morris señala que únicamente una pequeña proporción de chicos enferma por efecto de la propia circuncisión- citando un estudio de Wiswell:

Wiswell observó los porcentajes de complicación de haberla o no haberla realizado en un estudio de 136.000 chicos nacidos en hospitales del ejército estadounidense entre 1980 y 1985. 100.000 estaban circuncidados y 193 (0,19%) tuvieron complicaciones, sin muertes, pero de los 36.000 que no fueron circuncidados el porcentaje de complicaciones fue del 0.24% y hubo dos muertes.

Esto no es concluyente porque no se hace mención a controles para otros factores como el grupo socioeconómico. Es perfectamente posible que el grupo circuncidado proviniese de categorías socioeconómicas superiores y fuesen en consecuencia menos tendentes a desarrollar complicaciones.

El critica a la organización NOCIRC por comparar la circuncisión masculina con la circuncisión femenina. El Dr. Morris protesta diciendo que la circuncisión femenina es similar a extirpar el pene al completo. De hecho, sin embargo, incluso si se extirpa el clítoris (lo cual es sólo una de las formas de circuncisión femenina) una mujer aún es capaz de reproducirse, mientras que si se extirpase el pene de un hombre se le impediría reproducirse de un modo natural. El prepucio contiene la mayoría de las terminaciones nerviosas del pene; de modo que el clítoris y el prepucio desarrollan funciones muy similares: la estimulación.

El Dr. Morris afirma aún que “los hombres sin circuncidar tienen el doble de incidencia de cáncer de próstata comparados con los circuncidados.” Sin embargo, puede suceder que en los EEUU los mismos grupos étnicos que hacen circuncidar a sus hijos tengan también una baja incidencia de cáncer de próstata. Esta hipótesis se ve apoyada por el hecho que “el NHSLS ( National Health and Social Life Survey, encuesta de vida social y salud nacional) en los EEUU encontró mayores porcentajes entre los blancos y los mejor educados”. Es un hecho conocido que los negros tienen una mayor incidencia de cáncer de próstata que los blancos en los EEUU, y se dice que este hecho se relaciona con la cantidad de testosterona en la sangre, la cual es superior en los negros respecto a los blancos o los asiáticos.

“Varios estudios han documentado porcentajes superiores de cáncer de cuello de útero en mujeres que han tenido uno o más amantes masculinos que estaban sin circuncidar,” afirma. Pienso que sería absurdo el permitir que un tema sobre la salud de las mujeres dictase nuestra postura respecto a uno de los hombres, tan absurdo como que permitiésemos que un tema de salud masculina dictase nuestra postura respecto a los de las mujeres.

Existen indicios de que la circuncisión reduce el riesgo de contagio de SIDA cuando no se utiliza preservativo durante el coito. De cualquier modo, estos “indicios” tienen poco peso sanitario dentro de un clima médico que anima a utilizar los preservativos como la única forma segura de tener sexo. Supongo que determinados tipos de circuncisión femenina reducirían también el riesgo de contraer el SIDA, ¡pero las feministas nunca aceptarían el ponerlos en práctica como medida preventiva!

El Dr. Morris acepta que la circuncisión conlleva ciertos riesgos, tales como un sangrado excesivo, la necesidad potencial de cirugía posterior, el bloqueo del nervio dorsal del pene y la muerte. Pero él no considera que ninguno de ellos sea ni serio ni común.

 

Conclusión

Resulta obvio que la medida de los diversos riesgos y beneficios de la circuncisión es un tema todavía polémico. Sin embargo, ni uno sólo de los riesgos o beneficios parece ser demasiado significativo en si mismo para los hombres en esta situación. Siendo así, la consideración de los derechos humanos debería prevalecer como valor superior. En otras palabras, el varón debería tener la capacidad de elegir si proceder con esta operación irreversible- lo cual conlleva que no debería realizársele hasta que como mínimo alcanzase la adolescencia.

Es apropiado señalar que está operación no es completamente reversible. Puede restaurarse un sustituto del prepucio que cubra el glande. Sin embargo, las terminaciones nerviosas no pueden ser reemplazadas.

Dada la situación de que en este tema mi postura es filosófica, sería posible argumentar que los razonamientos religiosos anularían estas consideraciones basadas en los derechos humanos, cuando los padres fuesen judíos o musulmanes. De cualquier modo, no creo que sea un argumento demasiado a propósito para este caso.

 

Prólogo a la versión española

Prefacio a la Edición NZEP

Introducción: ¿Qué es el Feminismo?

Capítulo 1: Narcisismo Feminista y Poder Político.

Capítulo 2: Circuncisión contra elección

Capítulo 3: Violación: Conservando Tu Pastel a Pesar de Habértelo Comido

Capítulo 4: Mentiras sobre la violencia doméstica, un dilema sin salida para los hombres.

Capítulo 5: Falsas acusaciones y la mentira del abuso infantil

Capítulo 6: La Mentira del Sistema de Justicia Masculino

Capítulo 7: Temas laborales y la mentira de que “las mujeres pueden hacer cualquier cosa”

Capítulo 8: Las mentiras sobre la educación

Capítulo 9: Mentiras, malditas mentiras y estadísticas de las Naciones Unidas.

Capítulo 10: La mentira de la igualdad

Capítulo 11: El derecho a la elección y el aborto

Capítulo 12: El Lenguaje sexista: ¿Cree Satán que ella es varón?

Capítulo 13 : Educadoctrinamiento mediante el complejo de los medios de comunicación y la universidad

Capítulo 14: La Mentira de la representación masculina

Capítulo 15: Manifestaciones del feminismo

Notas

Referencias

FAQ

Webmaster

Peter Douglas Zohrab

Latest Update

24 March 2018

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